Según un análisis reciente de AmCham Colombia, la segunda administración de Donald Trump plantea desafíos importantes para las relaciones bilaterales. Sus políticas proteccionistas y su enfoque transaccional implican mayores exigencias para el comercio entre ambos países. Sin embargo, existen oportunidades y ventajas que instan a Colombia a adaptarse estratégicamente en un entorno más restrictivo. 

Colombia cuenta con Ventaja Comparativa Revelada (VCR) en 144 partidas frente a China, 43 frente a Canadá y 37 frente a México, lo que resalta su capacidad como proveedor estratégico para Estados Unidos. Estos productos, que abarcan sectores clave como agroindustria, textiles, manufacturas, químicos, plásticos y bienes de valor agregado, son prueba del potencial competitivo del país en mercados internacionales.

Cuando hablamos de oportunidades el interés por productos colombianos no se limita a un único estado. Estados como Florida, Texas, California y Nueva York, son representativos por su influencia económica y altas tasas de consumo de bienes importados. 

Colombia tiene el reto de ajustar su estrategia comercial para alinearse con las nuevas prioridades de la administración de Trump. Este es un momento determinante para que el país se afiance como un actor comercial clave, aprovechando las oportunidades y resaltando la calidad y sostenibilidad de los productos nacionales, además de identificar nichos de mercado específicos en donde pueda posicionarse con mayor facilidad.